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Deudas Incobrables
Estamos viviendo un período económico difícil en el que los empresarios ven disminuidas sus cuentas de resultados. Además de conseguir un menor beneficio, los empresarios deben enfrentarse a una mayor dificultad para hacer líquidas sus ventas dado el incremento de impagos de sus clientes.
El impago de clientes es la consecuencia de una mayor restricción financiera en la obtención de financiación, como puede ser el recorte de las líneas de créditos y préstamos en general. El resultado ha sido inmediato, dando lugar a un incremento en las empresas disueltas en España, un incremento en la morosidad bancaria y se ha disparado el importe de los efectos impagados.
Vamos a enunciar brevemente algunas posibilidades a tener en consideración para, en la medida de lo posible, bien asegurar el cobro de los créditos mediante el uso de algún producto financiero, bien aplicar la legislación fiscal existente de tal forma que haya un ahorro fiscal por aquellos créditos incobrables que figuran en el activo.
Es tarea de los asesores contables y fiscales minimizar el impacto de las deudas incobrables en la cuenta de resultado, aplicando la legislación fiscal para que el cliente optimice la tributación de aquellas transacciones que difícilmente se harán efectivas en el futuro.
Los criterios utilizados por los diferentes impuestos para poder aplicar estos beneficios son diferentes, por lo que, habrá que prestar una especial atención al tema.
Sin pretender hacer un estudio minucioso en esta materia, a continuación, se resume el funcionamiento de estas ventajas fiscales aplicadas para cada uno de los distintos impuestos que sufren los empresarios:
Desde el punto de vista de la imposición indirecta, existe la posibilidad de reducir la base imponible del IVA con las cuotas repercutidas por créditos con clientes incobrables.
Un crédito con un cliente se considera incobrable si reúne una serie de condiciones que muy brevemente comentamos:
- Ha transcurrido dos años sin que se haya producido el cobro.
- Esta circunstancia ha sido reflejada en la contabilidad.
- La base imponible de la factura incobrable es superior a 300€.
- Se ha instado su cobro mediante reclamación judicial al deudor.
Posteriormente, habrá que emitir la correspondiente factura rectificativa.
Este procedimiento no es aplicable, entre otras situaciones, cuando los créditos incobrables estén afianzados por entidades de crédito, o estén cubiertos por un contrato de seguro de crédito o disfruten de garantía.
También se podrá reducir la base imponible del IVA cuando el destinatario de las operaciones no haya hecho efectivo el pago y con posterioridad se dicte auto de declaración de concurso. Consulte siempre con su asesor estos temas.
En el régimen general, se prevé la posibilidad de dotar provisiones para cubrir el riesgo derivado de las posibles insolvencias de los deudores.
Al igual que con el IVA, deben concurrir algunos de los siguientes requisitos establecidos legalmente para su aplicación y existen situaciones en las que no es posible su aplicación:
- Que haya transcurrido el plazo de seis meses desde el vencimiento de la obligación.
- Que el deudor esté en situación de concurso.
- Que el deudor esté procesado por el delito de alzamiento de bienes.
- Que las obligaciones hayan sido reclamadas judicialmente o sean objeto de un litigio judicial o procedimiento arbitral de cuya resolución dependa su cobro.
No son fiscalmente deducibles las dotaciones por insolvencias de los deudores a continuación mencionados:
- Los afianzadas por entidades de derecho público.
- Los afianzados por entidades de crédito o sociedades de garantía recíproca.
- Los garantizados mediante derechos reales, pacto de reserva de dominio, etc.
- Los garantizados mediante un contrato de seguro de crédito o caución.
Aquellas empresas cuya cifra de negocios sea inferior a 8 millones de euros en el ejercicio anterior, pueden aplicar una serie de incentivos fiscales al ser consideradas empresas de reducida dimensión.
Es decir, la legislación fiscal facilita a estas empresas de reducida dimensión el uso de las provisiones por insolvencias en los créditos incobrables. Es posible dotar una provisión para la cobertura del riesgo derivado de las posibles insolvencias, hasta el límite del 1% sobre los deudores existentes a la conclusión del período sometido a tributación.
Hay que tener en consideración que dentro de este 1% quedan excluidos aquellos deudores incluidos en el régimen general antes mencionado.
En cualquier caso y dada la dificultad en la práctica del beneficio por parte del empresario de estas medidas fiscales, podemos anticiparnos a la existencia del problema y acercarnos a una entidad financiera para informarnos sobre algunos de los productos financieros ofertados, que nos ayudarán a gestionar nuestros créditos de una forma más segura.
Entre otros, encontraremos:
El seguro de caución es una de las soluciones para aquellas empresas que quieran garantizar el cobro de sus créditos.
De una forma muy resumida, a cambio de un porcentaje, la empresa financiera ofrece asegurar un determinado porcentaje de nuestra facturación a un cliente.
Mediante el uso de este instrumento, se liberan recursos financieros y nos permite una adecuada planificación de nuestra liquidez.
Es un contrato por el que un empresario cede sus derechos sobre créditos a cambio de que la sociedad de factoring se los abone anticipadamente, pero deduciendo de este importe una comisión.
Con este producto financiero la facturación a corto plazo, originada por la venta de mercancías o prestación de servicios, es cedida a la empresa de factoring que a cambio de una comisión ofrece los servicios de administración de cobros y financiación.
Los conceptos generales antes mencionados serán estudiados con minuciosidad por su asesor, considerando las circunstancias específicas de su negocio.
En resumen
Hemos explorado las posibles barreras fiscales para el alivio de las deudas incobrables y los costes asociados con la implementación de productos financieros para recuperar las deudas de dudoso cobro de la empresa. Lograr el cobro de las deudas debe ser uno de los principales objetivos de cualquier negocio.
No tiene sentido aumentar las ventas si la empresa no puede cobrar los pagos de la manera apropiada. Además, si el negocio tiene altos niveles de deudores, puede encontrar dificultades a la hora de liquidar sus obligaciones. Los términos de crédito ofrecidos a los clientes dependerán tanto del estilo de la industria como del negocio. Sin embargo, para acelerar el cobro de deudas, cualquier empresa debería:
- Comenzar con la formalización de las condiciones de crédito de la empresa. Cuanto más estándar sean los términos, más fácil será administrar los deudores
- Aclarar los términos de crédito con los clientes cuando se realiza el pedido o se acuerdan los servicios.
- Considere la necesidad de solicitar pagos a cuenta por adelantado, parciales o totales.
- Use un sistema de domiciliación bancaria
- Asegúrese de que haya un sistema de control interno efectivo para realizar un seguimiento de los saldos deudores.
- Cumplir con los términos. No debe dar vergüenza solicitar el pago cuando es debido. Formalice un sistema estándar de recordatorios que sea profesional y cortés.
Todo lo anterior debe considerarse como pautas generales, ya que cada caso tendrá circunstancias específicas que hay que tener en cuenta. Siempre se debe consultar a un contable antes de actuar sobre cualquiera de los temas tratados.
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